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jueves, 23 de mayo de 2013

de Cruz de Piedra a Agua del Toro y Rio Grande


Esta mañana salí a hacer mi caminata matinal y vinieron a mi mente un montón de ideas y recuerdos que quiero plasmar en esta historia. Eduardo dice que cada uno tiene su momento para sacar de adentro “ideotas”, él lo llama “brain storming” 

Esta historia la he titulado de Cruz de Piedra a Agua del Toro y Río Grande". En ella quiero contar la historia profesional de mi abuelo José durante los años 1934 a 1944, época en la que participó activamente en la construcción del Dique de Cruz de Piedra en San Luis como de Inspector del Dique y Director de Irrigación de la Provincia de San Luis, dependiente del Ministerio de Obras Públicas de la Nación. Esta historia profesional me es familiar. Yo seguí sus pasos sin que él llegara a saberlo. Yo participé en la construcción del Dique y Central hidroeléctrica de Agua del Toro en Mendoza entre los años 1974 y 1981 y del Proyecto Río Grande con central hidroeléctrica en caverna en la provincia de Córdoba entre los años 1981 y 1989. 

A mi abuelo le hubiera gustado saber que una nieta suya siguió su camino profesional, pero los acontecimientos de la vida no se lo permitieron … por muy poquito tiempo. Él falleció en 1971, poco meses antes de que yo me recibiera de Ingeniero en el año 1972 y comenzara a trabajar en obras hidroeléctricas cuando me casé y nos mudamos a Agua del Toro con mi marido en febrero de 1974.


Para referir la historia de mi abuelo voy a aprovechar viejas cartas escritas por él, en las que cuenta sus experiencias y los avances en la obra. Esta historia que voy a contar sobre mi Abuelo está escrita en “primera persona” y de allí el valor histórico que estos relatos encierran. Quiero también expresar en esta oportunidad el valor afectivo que estas cartas tienen, al menos, para mí.

Antes de comenzar la historia voy a recordar parte de la foja de servicios de  mi abuelo José a partir de su reingreso como personal estable de la Dirección de Irrigación dependiente del Ministerio de Obras Publica de la Nación. Él había trabajado en esa repartición con anterioridad entre los años 1908 y 1912. Reingresó a la Dirección General de Irrigación el 21 de septiembre de 1925 como Intendente de Riego en Villa Mercedes San Luis. Ascendió a Jefe de Desagües el 20 de octubre de 1926 y a Director de Obras el 20 de enero de 1928. Finalmente en 1932 lo nombraron Jefe de la División Técnica de San Luis y debió hacerse cargo de todos los proyectos que la Provincia tenía en ejecución en ese momento y de los futuros. Es por eso que aproximadamente en el año 1934 se mudó con la familia a una casa ubicada en Cruz de Piedra, en las cercanías de donde se construiría la futura Presa que aun estaba en etapa de proyecto y a pocos kilómetros de la ciudad de San Luis. Mientras se iniciaba la Obra mi abuelo siguió trabajando en la oficina de la Dirección de Irrigación en San Luis. Algunos hitos de los acontecimientos de esta época están resumidos en las cartas que atesoro

En abril de 1937 el Presidente Agustín Pedro Justo visitó San Luis y en esa oportunidad se inauguró un monolito en conmemoración del inicio de las obras del Dique de Cruz de Piedra.  
Al respecto dice mi Abuelo en una carta dirigida a su hija Anita [1] de fecha 27 de abril de 1937:

“… La fiesta de inauguración del Monolito estuvo espléndida. Te adjunto los recortes de los diarios que la describen con bastante fidelidad.
El teniente retirado Rojas, secretario del Presidente, resultó ser pariente lejano nuestro.
Yo tuve una larga tenida con el presidente, consistente en contestarle todas las preguntas que se traía preparadas y que felizmente contesté con justeza pues sabía de antemano su debilidad y no me agarró sin frenos. Tanto él como Cárcamo y Alvarado resultaron simpatiquísimos y casi no hubo niña de San Luis que no sacara tajada. María Guillet [4], que estaba con nosotros, produjo una revolución entre los viejos Generales de la Nación  manifestando uno de ellos deseos de quedarse en Cruz de Piedra ….”

Mi Abuela, que no quería quedarse afuera de los comentarios de la ocasión, en otra carta fechada el 25 de abril de 1937 agregó a aquellos comentarios de mi Abuelo los siguientes:

“… El desfile escolar fue magnífico y a Delia Rosa [2] le tocó entregar un ramo de flores al Presidente quien iba en un auto descubierto con el Gobernador. Justo le agradeció y la llevó de la mano como media cuadra muy cariñoso y Rodriguez (el Gobernador) le dijo quien era Delia.
Aquí [3] se tomó un servicio para lunch con cuatro mozos de chaquetillas blancas y guantes, cuatro mesas con regios manteles blancos, rosas rojas traídas de la Capital. Masas, sándwiches y toda clase de empanadas de pollo y champagne Pomery de $ 25 la botella (3 cajones). Llegó antes de hora la presidenta de la comitiva, pues se vino directamente para aquí mientras el Presidente fue a Potrero de los Funes. Al llegar la presidenta entró a casa con sus compañeros de agasajos de San Luis, quienes nos presentaron ….”

La obra del Dique de Cruz de Piedra se inició un año después de inaugurar aquel monolito, en el año 1938, con la construcción del campamento para la obra. La carta a su hija Anita de fecha 20 de marzo de 1938 señala:

 “… Por fin llegó el nombramiento de Inspector del Dique Cruz de Piedra y Director de Irrigación en San Luis. Como segundo han nombrado al Ingeniero Larreguy que, según creo, es un excelente muchacho que sacó medalla de oro en la facultad hace dos años, efectuó un viaje por Norte América y viene a practicar en ésta. Las chicas le calculan 26 años, soltero, buen mozo, etc.
Las obras empezarán mañana lunes, con la construcción del campamento, que se iniciará con una casa para el Ing Cánepa y otra para oficinas. ……”

El nombramiento como Inspector del Dique Cruz de Piedra, largamente esperado llega en marzo de 1938  y ahora entiendo al leer su carta la importancia que ese nombramiento tenía para él, desde el punto de vista de de su satisfacción personal por el logro alcanzado y no tanto desde el punto de vista económico ya que no recibió aumento de sueldo por su nuevo cargo sino que siguió cobrando los mismos 900 m$n (pesos moneda nacional) de los últimos 19 años de profesión  Y esto de cobrar un mismo sueldo no es menor, porque en esta época José tenía gastos extras: su hija mayor Anita estaba estudiando en La Plata y sus hijos  Belisario y Mario en Córdoba. El resto de la familia vivía con él en Cruz de Piedra.

Cruz de Piedra-Vista Gral de la fundacion del Dique en el rio Cuchi Corral.
(Foto José O. Fuschini)
Otra vista de la construcción del Dique.
Se pueden observar los contrafuertes  que forman parte del murallón
(Foto José O. Fuschini)
En otra carta de mi Abuelo de fecha 15 de abril de 1939, hace referencia a la “Visita del Inspector de Irrigación al Dique”:

“… Ayer llegaron el Director de Irrigación Ing Ballester y el Inspector Volpi. Quedaron encantados con las obras que estoy construyendo y pasamos un momento muy agradable. Hoy seguimos viaje a San Felipe y mañana seguirá Villa Dolores de Córdoba donde van a inaugurar las obras del Dique de La Viña, que es un dique en arco de hormigón armado de 100 metros de alto, o sea uno de los mayores de América del Sud.
El Ing Volpi me felicitó porque en la primera modificación que he introducido al proyecto obtendré una economía de aproximadamente 10.000 pesos…”

Esta carta de mi Abuelo “esconde” un par de sentimientos que yo también sentí mientras estaba participando en la construcción de Agua del Toro y de Río Grande. Pienso que es por esta razón he podido “descubrir” y apreciar lo que mi Abuelo sintió en aquella visita del Inspector de Irrigación y dejó transmitir en su carta.

La primera. Cuando uno participa de la construcción de este tipo de obras, “aparece cierta magia” que hace que uno hable en primera persona, también, que uno sienta que la obra es propia. Esa “magia” hace sentir que la autoría es propia.

La segunda. Toda vez que hubo un acierto en mi trabajo reconocido por un superior, sentí un orgullo superlativo, quizás fue por lo primero, porque yo sentía que la obra era propia. Como estos reconocimientos no ocurren a menudo, no porque las cosas no se ejecuten bien sino porque hacerlas bien es lo natural y lo que corresponde, toda vez que ellos llegaron de bocas de los “jefes” siempre fue motivo de orgullo personal y de comentario hacia los más allegados.

Otra carta de mi Abuelo de fecha 27 de abril de 1939 nos pone al día por un acontecimiento poco probable para aquellas épocas, cuya metodología hoy se emplea con bastante frecuencia para todo tipo de protestas:

  “Hoy amaneció Cruz de Piedra rodeado de policías, pues anoche se declaró una huelga de los camioneros …”

En la carta del 18 de agosto de 1939 José nos brinda una síntesis de su gestión al frente de la obra:

“La construcción del dique me absorbe 15 a 16 horas diarias. En este mes que ha faltado Larreguy hemos hecho 6.000 m3 de hormigón que a $40 representa un monto de 240.000 pesos, record efectuado hasta la fecha”

En esta carta mi Abuelo comparte otro de los sentimientos que yo también sentí en mi trabajo. Estas obras pareciese que se construyeran por metas, donde los tiempos personales no cuentan. El día no tiene terminación y las horas se suceden unas a otras. Las jornadas de trabajo pueden ser de la duración que uno decida, pues siempre hay algo por hacer. Y es aquí cuando uno hace propio aquel dicho de “no dejes para mañana lo que puedes hacer hoy”, y así comienzan las jornadas de 10, 12 ó más horas de trabajo.

Casi un mes después, el 11 de septiembre de 1939, escribió a su familia:

“Las obras se siguen con toda celeridad y el dique está a 7 metros del lecho del rio. Se trabaja con 2 o 3 turnos para tratar de llegar al nivel del rio antes de las crecientes, con el fin de que ocasionen el menor daño posible “

En esta carta mi Abuelo manifiesta su preocupación por llegar a una cota de presa antes de las primeras crecidas esperadas para una determinada época del año. Esta es una de esas etapas de las obras en que “no hay vuelta atrás”, y en el caso el ingeniero debe seguir hasta alcanzar la meta poniendo los todos recursos a su alcance y sin pérdidas de tiempo. Es allí cuando entiendo por qué mi Abuelo expresó este párrafo, más lleno de preocupación que de orgullo.

El 30 de septiembre de 1939 anticipó sus temores por los problemas que podrían devenir en las obras a causa del clima y las lluvias:

“Hoy está lloviendo a cántaros y tanto los de la compañía como nosotros (Dirección de Irrigación) estamos orejeando la creciente, que sería de funestos resultados porque representaría perjuicios por más de $ 30.000”

El 6 de noviembre de 1939 dejó resumidas las consecuencias de la temida creciente del río:

“Aquí hemos paralizado los trabajos pues la creciente que nos agarró a nosotros, no dejó rastro de lo construido y actualmente el rio está como si no se hubiera hecho nada y hay un millón de pesos enterrado …”

En la obra de Agua del Toro me tocó vivir una situación semejante. Empezó a llover en la cuenca del río aguas arriba de la presa en forma copiosa. Sólo percibíamos desde la obra una densa cortina de agua que se acercaba hacia nosotros. Una hora más tarde llegó esa copiosa lluvia y la creciente también. Vimos cómo los caminos se destruían, los terraplenes se erosionaban y el nivel del río crecía e inundaba todas las instalaciones y maquinarias aguas debajo de la presa. Fue observar un fenómeno dantesco sin poder hacer nada. Todo está librado a las fuerzas de la naturaleza. Allí también hubo pérdidas económicas y de tiempos de obra.

Cada vez que leo este párrafo de la carta comprendo lo que debe haber sentido y vivido, pues yo también lo sentí y lo viví con mi experiencia.

Vertedero terminado visto desde aguas arriba antes del llenado del embalse
(Foto José O. Fuschini)

Mi abuelo estuvo a cargo de la obra hasta la finalización del Dique de Cruz de Piedra en San Luis aproximadamente en el año 1942.


Foto enviada por José O. Fuschini a su nieto Junior en septiembre 1960
Al dorso dice: "Querido Junior Te adjunto una fotografía del Dique de
 Embalse de Cruz de Piedra en San Luis, construido por tu abuelo.
La vista está tomada de atrás,. Desde la fundación hasta el
coronamiento tiene 43 metros de altura.
Guardala bien porque es única ...."
Vertedero funcionando visto desde aguas abajo  ( Foto de internet)


Mi paso por las Obras

De mi paso por las obras contaré algunas anécdotas que probablemente no conozcan muchas personas. Trabajé 16 años en la construcción de las obras hidroeléctricas correspondientes a la Presa y Central Agua del Toro y y al Complejo Hidroeléctrico Río Grande n° 1 con Central en Caverna. Tanto en Agua del Toro como en Rio Grande estuve en la coordinación de la obra civil con el montaje de las turbinas, generadores y sus equipos auxiliares y conexos, y de los demás elementos hidroelectromecánicos del proyecto.

Agua del Toro

En Agua del Toro me ocupé también de los subcontratos electromecánicos, y del seguimiento de los montajes del equipamiento hidroelectromecánico del Dique y de la Central. También me tocó participar activamente en la interconexión de los mandos locales de las válvulas para erogación de caudales para riego con el tablero central del Dique ubicado en el edificio de mandos sobre la margen izquierda de la Presa y en las pruebas de funcionamiento finales

De la ejecución de esos trabajos se derivó una tarea que siempre recordaré: Operar las válvulas de riego y demás instalaciones de descarga del embalse. Yo era la que “apretaba el botón” para que la válvula en cuestión abriera o cerrara. En particular recuerdo las válvulas de riego, que eran válvulas de chorro hueco del tipo Howell Bunger. Abrirlas era un espectáculo en sí mismo desde adentro de la sala de mando, pero más impresionante era ver el chorro desde una pasarela superior … daban ganas de tirarse y disfrutar del chorro. La vena de agua atrae de una manera increíble. Por supuesto nunca me tiré, pero tuve ganas je je. Es una sensación parecida a la que se siente cuando se visitan las Cataratas de Iguazú en la Garganta del Diablo … tanta agua vertiéndose junta, llama y atrae. Siempre le tuve mucho respeto al agua y en particular cuando disipa energía. Son fuerzas inconmensurables e inmanejables por el hombre.


Sala de mandos de riego. Se observan las dos válvulas Howell Bunger
 (Foto de Ricardo Tenaglia)

En mi vida profesional tuve otro encuentro con esa enorme fuerza del agua. Estábamos haciendo las pruebas definitivas de funcionamiento de las válvulas del Descargador de Fondo del Dique Agua del Toro, en el año 1977. En la sala de comando ubicada unos treinta metros dentro del macizo de roca, debajo de la ladera margen derecha de la presa, nos reunimos con los representantes de la empresa proveedora de las válvulas y comenzamos con las pruebas. Algo pasó y hubo un ruido sordo semejante a una explosión, saltaron elementos por el aire y solo recuerdo una mano que me agarró del brazo y me sacó corriendo por la galería de acceso. Era mi jefe, el Ing Casaroto. Por suerte ninguno salió herido, aunque pudo ser un desastre porque después supimos lo que había sucedido. La válvula mariposa que estábamos probando se había cerrado de golpe, a causa de una fuga de aceite del circuito oleohidráulico, produciendo un golpe de ariete que hizo volar por los aires la tapa de hombre de inspección a la tubería y los bulones que la aseguraban. Éramos cuatro o cinco las personas que vivimos ese momento y creo que todas pensamos lo mismo cuando nos encontramos en el exterior, …estábamos todos viendo el hermoso cielo desde el pie de la presa y lo podíamos contar…

Río Grande, su central hidroeléctrica en caverna y sus obras subterráneas

Rio Grande fue una experiencia diferente, pero inconmensurable desde el punto de vista técnico. Visitar todos los días la caverna donde se estaban ejecutando las obras civiles de segunda etapa y luego, donde se fueron montando las turbinas Francis y los generadores fueron experiencias singulares. Digo esto por la complejidad para ejecutar todos los trabajos civiles y electromecánicos habida cuenta de los reducidos espacios disponibles dentro de la caverna y por el comprometido cronograma de trabajos.

Recuerdo que mi presencia como “ingeniero mujer” era particularmente tenida en cuenta por los mineros porque nunca les convenció que entrara una mujer a las excavaciones. Existe una creencia popular entre los mineros, que reza que las mujeres y curas traen mala suerte … En realidad, creo que esa creencia está relacionada con las polleras, más que con las mujeres en sí mismas, pero lo cierto que es que hubo algunos planteos sobre la presencia de las mujeres en los sectores subterráneos de la Obra. Por esta razón nunca pude entrar en el túnel de restitución durante su construcción. En la caverna me aceptaban, ya que las cuadrillas de obreros eran de encofradores y hormigoneros y muchos de ellos ya me conocían de la Obra de Agua del Toro y en ese sector era todo “más familiar” dentro de todo. También es probable que los mineros se hayan ido acostumbrando a mi presencia y pasado un tiempo, como no pasó nada malo, me aceptaron. Además yo siempre usé pantalones, je je para no dar lugar a aquella creencia de son las polleras las que traen mala suerte en las tareas subterráneas.

Según esa misma creencia, sólo las mujeres y los curas pueden entrar a los túneles el día 04 de Diciembre, el día de Santa Bárbara, la Patrona de los Mineros. Todos los años que nosotros estuvimos en Río Grande, mientras se realizaron faenas mineras, el día 4 de Diciembre era un día festivo y la empresa organizaba un almuerzo para todos los trabajadores y sus familias, y ésa era la oportunidad para que todos pudieran ver dónde trabajaban los maridos y los padres.


Central en Caverna durante los montajes electromecánicos
(Foto Eduardo Martinez Wurster)



También a nosotros, a Eduardo y a mí, nos tocó terminar la obra de Río Grande como muchos años antes lo había hecho mi abuelo José con Cruz de Piedra. Haciendo ahora una mirada retrospectiva, me doy cuenta de que fuimos muy afortunados en trabajar en dos proyectos hidráulicos de la envergadura de Agua del Toro y Río Grande. De la misma manera que yo recuerdo esos días de obra, se recuerda en la familia el paso de José Octavio Fuschini en la construcción de Cruz de Piedra. Mi marido Eduardo tuvo la suerte de continuar su tarea profesional en Yacyretá … otro “señor proyecto” al cual me referiré más adelante. Yo por mi parte me “jubilé” joven. Pude hacerlo y disfruté de mis hijos con más tiempo, aunque me di cuenta que el tiempo pasado sin ellos no lo podía recuperar. De todos modos asumí esa situación y aproveché a disfrutarlos en sus edades, desde la salida de la niñez y su curso por la adolescencia. Pude también disfrutar de mi libertad y pasados unos cuantos años, la sigo disfrutando.


A continuación hago una breve reseña técnica de las Obras para el conocimiento de los que esto leen

Dique Cruz de Piedra, provincia de San Luis Argentina

El Dique Cruz de Piedra se encuentra a 10 Kilómetros de la ciudad de San Luis, en el departamento Capital, sobre la falda oriental de las Sierras de San Luis

Es un dique tipo Ambursen  de 29 m de altura (mi abuelo en una carta a su nieto Junior Cowper indica que tiene 43 metros desde la fundación al coronamiento) y capacidad de 12,5 Hm³, reúne las aguas de los ríos Volcán y Puquitos y el arroyo El Gato, alimentándose también con los aportes trasvasados del río Quinto.
Parte de las aguas reguladas son enviadas a San Luis por el canal Vulpiani, en donde son utilizados para riego de parcelas cercanas a la ciudad y otra parte va al acueducto de Obras Sanitarias de la Nación, para bebida de la ciudad.
Al pie del dique se ha construido una central hidroeléctrica de 130 kw., que abastece de energía a San Luis conjuntamente con la de Las Chacras. Creo que en la actualidad esta Central está fuera de uso.
El proyecto incluye el dique propiamente dicho en hormigón con contrafuertes un vertedero en la margen derecha y un cierre lateral que mi abuelo nombra como “cierre del Vasco”


Foto  de Eduardo Martinez Wurster que muestra el embalse en toda su magnitud.
En el centro se ve el Dique de Cruz de Piedra y a la derecha en vertedero
Septiembre 2010

Foto del Dique tomada por Eduardo Martinez Wurster en 1974
Vista desde aguas abajo
Macarena Laso Fuschini, bisnieta de José y su marido
Cruz Jurado con el vertedero de fondo - Año 2010


Complejo Agua del Toro, Provincia de Mendoza Argentina
Presa de embalse Agua del Toro, central hidroeléctrica, vías de acceso y obras civiles conexas, sobre el Río Diamante en la Provincia de Mendoza (130 MW).

Ubicada a 70 km de la ciudad de San Rafael esta obra forma parte del aprovechamiento integral del Río Diamante. La presa es de hormigón tipo arco de doble curvatura, de 120 m de altura y 309 m de longitud.
El túnel de desvío del río de 242 m de longitud ejecutado sobre la margen derecha, comprende una galería excavada en roca revestida en hormigón de 5,40 m de diámetro interior. Es utilizado actualmente como descargador de fondo y para riego.
El vertedero, calculado para evacuar 400 m3/s, está ubicado sobre la margen izquierda y corresponde a una estructura de 8,50 m de luz en su embocadura.
Los trabajos ejecutados para la central hidroeléctrica comprendieron la obra de toma y el pozo de compuerta, galería de presión, chimenea de equilibrio, tubería forzada, edificio de la central, canal de desagüe y un parque de interconexión en 220 kV. La Potencia instalada fue de 130 MW (2 turbinas Francis de eje vertical), lográndose generar una energía media anual de 400 GWh/año.



Otros datos
Monto de las obras USD MM 115
Período ejecución Presa  1966 – 1973
Período ejecución Central   1973 - 1982
Magnitudes de obra
Movimiento de suelos 8.000.000 m3
Excavaciones 1.115.421 m3
Hormigones 556.887 m3

Datos obtenidos de  la página institucional de la Empresa Constructora Panedile Argentina para la que yo trabajaba


Vista del Embalse y Dique Agua del Toro Mendoza
(foto de Ricardo Tenaglia)

Vista del  Dique Agua del Toro desde aguas abajo
(foto de Ricardo Tenaglia)

Vista de la Central Hidroeléctrica Agua del Toro, Mendoza
 tomada desde el canal de fuga (foto de Ricardo Tenaglia)


Complejo Río Grande, Provincia de Córdoba Argentina
Complejo Hidroeléctrico Río Grande con central de bombeo, Santa Rosa de Calamuchita, Provincia de Córdoba.

El contrato contempló la construcción de una presa principal, una presa lateral y una central en caverna en Cerro Pelado y la provisión, montaje y puesta en servicio del equipamiento hidro-electromecánico.
La presa principal de 104 m de altura tiene una longitud de coronamiento de 410,50 m y la presa lateral es de 50 m de altura. La central correspondió a una central hidroeléctrica de bombeo en caverna (única en su tipo en Sudamérica), de funcionamiento mixto, 750 MW de potencia instalada y con una generación media anual de 977 GWh.
El aprovechamiento tuvo por objeto transformar la energía de base sobrante, de bajo costo marginal, en energía de punta de alto valor en las horas de gran demanda. Las obras, entre otros beneficios, posibilitaron la atenuación de crecidas y la regulación del Río Grande, el 10% de aumento de la generación del otras centrales del Sistema del Río Tercero, la posibilidad de abastecer de agua potable a 350.000 personas y el riego de 6.700 ha.

Otros datos
Monto de las obras USD MM 315,8
Período ejecución trabajos principales 1976 – 1991
Magnitudes de obra
Excavaciones exteriores 3.289.970 m3
Excavaciones subterráneas 1.475.289 m3
Hormigones estructurales y masivos 99.541 m3
Hormigones subterráneos 89.409 m3
Rellenos 5.923.471 m3

Video institucional de EPEC actualmente propietaria del complejo. Mírenlo que vale la pena !!!

http://www.youtube.com/watch?v=z-U0-jUv3rI


Central en Caverna en proceso de finalizacion
(Foto Eduardo Martinez Wurster)

Presa Principal Cerro Pelado
(Foto Eduardo Martinez Wurster)





[1] Mi Abuelo José se refiere a su Hija Anita, mi Madre, Ana Margarita Fuschini Dartigolles.
[2] Mi Abuela se refiere a Delía Rosa Fuschini Dartigolles, mi Tía e hija de mis Abuelos Ing. José Fuschini y Margarita Dartigolles.
[3] Mi Abuela se refiere a la casa que ellos habitaban en Cruz de Piedra, al pie de las obras.
[4] Maria Guillet amiga de la familia, madre de Claudia Moyano (ex esposa de Junior Cowper, mi primo)

lunes, 6 de mayo de 2013

Mi paso por el secundario


Este fin de semana habíamos planeado ir a visitar a Eleonora a la Plata, pero la huelga de ómnibus de larga distancia nos trastocó el plan. Aquí estamos, en casa en una tarde lluviosa y qué mejor que escribir algunos recuerdos perdidos en mi mente, recuerdos que van aflorando a medida que me adentro en las historias.

Hoy voy a relatar recuerdos cercanos y momentos que me tocaron vivir cuando nos mudamos a San Juan en julio de 1962.

Yo tenía 13 años y cursaba segundo año del bachillerato en el Colegio Nacional de Morón, turno tarde. Nosotros vivíamos en Haedo y todos los días tomaba en 216 en la esquina de mi casa, ómnibus que hacia un largo recorrido hasta llegar al Colegio. Tardaba cerca de una hora para hacer el trayecto entre mi casa y el Colegio y recorría barrios internos de Haedo y Morón. Recuerdo que todos los días  circunvalábamos La Cantábrica una gran fábrica metalúrgica que ahora es un Parque Industrial.

De mi paso por las aulas de Colegio tengo pocos recuerdos. Mi compañera de banco era Silvia Beatriz Bercu y recuerdo también al profesor de latín, el Sr Amorin. No recuerdo mucho más ... como sucede en las grandes ciudades mis compañeros vivían lejos de mi casa y solo los trataba en la escuela.

Por eso el cambio al Liceo de Señoritas de San Juan me quedo grabado a fuego.
Nos mudamos San Juan durante las vacaciones de invierno de 1962, así que mi primer día de clases en la nueva escuela fue a la vuelta de las vacaciones de todos.

Me habían anotado en 2° 5°, turno tarde, ya que la hija de unos amigos iba a ese curso y la idea era que me acompañara en mi primer día en la nueva escuela. Pero las cosas del destino quisieron que Rosa María, mi nueva compañera, estuviera enferma, así que llegué sola al aula. Tuve un recibimiento increíble, mis nuevas compañeras me rodearon para darme la bienvenida y en seguida me ubicaron en el aula y así empecé esta nueva etapa de mi vida. Rosa María volvió a clase la semana siguiente y tuvieron que agregar un banco a la fila, ya que yo había ocupado su lugar en su ausencia. En la fila de la ventana nos sentábamos  primera Elvira Jaime, atrás yo, luego Rosa Maria Sanou, Stella Maris Basualdo y Selva Itati Brizuela. Con ellas hice una muy linda amistad y en particular con Rosa María que fue mi mejor amiga muchos años y que aun hoy es un placer juntarnos a charlar. Pese a la distancia siempre nos mantuvimos en contacto

El Liceo de Señoritas “Paula Albarracín de Sarmiento” funcionaba en el edificio del Colegio Nacional.  En esa época los varones concurrían al Colegio Nacional en turno mañana y las chicas  íbamos al turno tarde al Liceo que funcionaba como una escuela independiente del Colegio Nacional, pero en el mismo edificio. El Liceo Nacional de Señoritas fue creado en 1940 como anexo al Colegio Nacional Monseñor Pablo Cabrera.  En 1961 se produce la autonomía de la institución y recién en 1962, por resolución ministerial, adquiere el nombre de la ilustre madre del prócer sanjuanino. Ocupa casi una manzana con entrada sobre la calle Santa Fe de la ciudad de San Juan entre las calles Tucumán y Rioja. En la entrada del colegio estaban las oficinas que ocupaban los directivos de la entidad, y a continuación en el centro de la manzana estaba el gran salón de actos con dos patios uno a cada lado del mismo. Las aulas se encontraban en las alas laterales unidas al edificio central por galerías y las dos construcciones del fondo eran los pabellones de Química y Física. 

Ingreso al Colegio nacional / Liceo de Señoritas

Allí terminé mi secundaria y reconozco que recibí una muy buena educación general … En esa época OTRAS ERAN LAS ESCUELAS PÚBLICAS DE NUESTRO PAIS donde se impartía una educación de excelencia

Como era la alumna nueva, los primeros días los profesores no me tomaban lección, hasta que un día me llamó al frente la profesora de Geografia, la Sra de Mayorga, y yo confiada no había estudiado demasiado. Fue la última vez que me sucedió y pasé mucha vergüenza. En años posteriores la tuve nuevamente de profesora, y era una “señora profesora”. En 4° y 5° año nos dio Física que era una de mis materias favoritas … la clase siempre empezaba con un experimento “en el pabellón de Física” y después veíamos la teoría. …Si habremos trabajado con la jarra de Leiden y la  máquina de Wimshurst  cuando estudiábamos electricidad en Fisica II

Entre los profesores recuerdo también a la Sra de Buteler, a la Sra de Colombo, profesora de francés que nos enseñó La Marsellesa que hasta el día de hoy recuerdo, la Sra de Marcovecchio, que también cumplía funciones de vicerrectora, y como curiosidad recuerdo a la profesora de Educación Cívica de 3°, que nos hacía estudiar no solamente el Preámbulo, sino todos los artículos de la Constitución Nacional de memoria. 

La jefa de celadores  Srta Arévalo, la profesora de Educación cívica,
 la rectora Sra de Seinart, Sra de Mayorga y Sra de Marcovecchio


No recuerdo demasiadas travesuras en el aula, éramos tranquilas, y quizás eso se debía a que no había varones en el curso. Después de terminar mis estudios secundarios no volví a ver a la mayoría de mis compañeras. Sería una linda oportunidad juntarnos en 2015 ... estaríamos cumpliendo 50 años de egresadas !!! QUE BARBARIDAD

Creo que esta es una foto en 4° año, pero seguimos juntas hasta el fin de 5°


5° año 1° división

  1. Fanny Alé
  2. Stella Maris Basualdo
  3. Alicia Marta Balmaceda
  4. Estela Neri Bravo
  5. Selva Itatí Brizuela
  6. María Elena Campillay
  7. Olga Cámpora
  8. Norma Beatriz Cano (Betty)
  9. Camila Cortez
  10. Julia Díaz
  11. Mónica Cristina Dufour
  12. María Justina Echegaray
  13. Rosa Alicia Garro
  14. Mercedes López
  15. Beatriz Maidana
  16. Yolanda Rosa Malaisi
  17. María Teresa Mazzeo
  18. Olga Margot Moreno
  19. Beatriz Navas
  20. Carmen Perez
  21. Ana Margarita Peril
  22. Gloria Portillo
  23. María de los Ángeles Rodriguez
  24. Rosa María Sanou
  25. Sara Gomez de Segura
  26. María Isabel Vega
  27. Norma Beatriz Vega
  28. Rosa Villena