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martes, 5 de junio de 2018

Mi marido Eduardo Guillermo Martinez Wurster




Hace unos meses comencé a escribir la historia de la vida de Eduardo. Fue el día de su cumpleaños N° 70. La historia quedó inconclusa porque unos muy buenos amigos me invitaron a almorzar ese día. Hoy encontré el texto y tengo intenciones de terminarlo y publicarlo en el blog de Historias de la familia ….

Hoy 5 de noviembre es el cumpleaños de Eduardo, hubiera cumplido 70 y hace unos días que ya no está conmigo. Es un hermoso día soleado y apacible. Desayuné, tomé un poco de sol y decidí recordarlo escribiendo su historia de vida, que por cierto fue muy rica. Siempre pensé cuantas historias de gente buena, trabajadora y proba se pierden debido a que nadie se toma el trabajo de escribirlas.

Eduardo Guillermo Martinez Wurster nació en Mendoza el 5 de noviembre de 1947. Su papá Bernardo era médico y su mamá Eleonora (Mausy) ama de casa. Tenía una mezcla explosiva de sangres… Bernardo era hijo de españoles: bernardo padre de León y Encarnación de Lleida, Catalunia. Ambos vinieron a Argentina con la ola inmigratoria de fines del siglo XIX. El padre de Mausy, Godofredo, era alemán y su madre, Frida, suiza, ambos llegados a la Argentina aproximadamente en 1911.

Era el hermano del medio. Bernardo mayor 3 años y Ana María 5 años menor.




Según siempre me contaba tuvo una linda infancia hasta que en 1955 falleció su papá con 42 años truncando su carrera como médico y dejando atrás tres niños pequeños y una viuda joven. Este hecho marcó su personalidad a fuego … Tenía solo 7 años cuando perdió a su papá. Su mamá salió adelante, como buena alemana que era, y crió a sus tres hijos dándoles una profesión a cada uno de ellos.

Estudió su primaria en la escuela Sarmiento de la ciudad de Mendoza y su secundaria en el Colegio Universitario Central dependiente de la Universidad Nacional de Cuyo. Egresó en 1966 como mejor Bachiller de su promoción (medalla de oro)

El 1967 inició sus estudios en la Facultad de Ingeniería de San Juan. Allí lo conocí con pelo largo, como se usaba en la época, fumando y usando una campera amarillo patito larga hasta la mediapierna. Era muy buenmozo y las chicas suspirábamos por él. No fuimos compañeros en los cursos porque yo entré a la facultad un año antes en 1966. Todos nos conocíamos. San Juan era en esa época un pueblo grande y la facultad una segunda familia. Compartimos muchas cosas, siempre como amigos.

Esos años los repartió entre sus estudios y su pasión que fue el rugby. Crearon el equipo “Universitarios”, entre muchos amigos mendocinos, equipo que participó en la liga sanjuanina y también en la liga mendocina de Rugby. Después de cenar en el Comedor Universitario entrenaban dos veces por semana. Era el cabezón Martinez para todos los compañeros. También participó vivamente en el Club Universitario que se formó a partir de un grupo de estudiantes mendocinos que cursaban en la Facultad de Ingeniería y necesitaban un lugar de esparcimiento a las largas jornadas de estudio …. Porque en esa época estudiábamos en serio


El febrero de 1972 coincidimos como profesores del curso de ingreso a la Facultad. Ambos habíamos terminado de cursar y nos quedaba rendir las últimas materias. Eduardo debía 9 y yo 7, así que decidimos estudiar juntos para terminar la carrera . . . .  Y allí empezó nuestra historia juntos.

Un lunes me presenté para seguir estudiando “Electrónica” en el departamento donde vivía y no había vuelto de Mendoza. Ese fin de semana habían tenido un partido de la Unión de Rugby de Cuyo y después me enteré que Eddy había tenido un golpe en la cabeza jugando … una conmoción cerebral. Yo, inconsciente, decidí tomar los libro y apersonarme en su casa en Mendoza para seguir estudiando … un chasco pero fue el momento en que nos enganchamos … solo así se lo podía pescar je je golpeado y confundido

Rindió la última materia en mayo de 1973 y en septiembre estaba trabajando en Agua del Toro, un Dique y Central Hidroeléctrica en la precordillera mendocina a 80 km al oeste de San Rafael.


Nos casamos en enero 1974 y comenzamos nuestra vida juntos en ese paraje inhóspito que es Agua del Toro. Allí tuvimos nuestros hijos Gonzalo y Eleonora y trabajamos juntos, ya que yo también fui contratada por Panedile, la empresa que construía la obra. Fue una linda etapa de nuestra vida con muchos amigos con quienes mantenemos una linda amistad hasta el día de hoy. Los asados de los domingos en el valle del rio, la pesca de truchas, juntadas a jugar al TEG hasta altas horas de la madrugada, y muchas horas de trabajo en la obra. Hermosa etapa como dije antes, vivimos allí 8 años.

Recien llegados a Agua del Toro - Año 1974


En noviembre de 1981 nos propusieron trasladarnos a Santa Rosa de Calamuchita para trabajar en el Complejo Rio Grande N° 1, un emprendimiento colosal Central en Caverna con 4 máquinas Francis. Y allí partimos con la familia a nuestro nuevo destino: Santa Rosa de Calamuchita que era Nueva York al lado de Agua del Toro y el entorno geográfico muy bonito. Se trabajaba mucho, incluido los sábados todo el día, así que los domingos aprovechábamos para ir al embalse Rio Tercero para disfrutar del windsurf  e incluso aprovechamos para navegar en el famoso velero “snipe” que nos acompañó desde 1978.

En Rio Grande Eduardo tuvo varios puestos que fue ganando con su capacidad de trabajo. Primero fue Jefe de la Oficina de Coordinación de la Central, después Jefe de la Oficina Técnica y finalmente Director de Obra y Representante Técnico hasta 1989

Nos tocó cerrar el obrador y entregamos a AyEE toda la documentación conforme a obra. Este trabajo fue un gran desafío porque hubo que reconstruir lo hecho en el transcurso de la obra, con proyectos originales y cambios de proyecto. En ese momento nos dimos cuenta de la magnitud de esta magnífica obra de ingeniería en el corazón del Cerro Pelado, la que debió ser planeada con todo detalle por su dificultad constructiva.


Marzo de 1989, plena hiperinflación, nos mudamos a Mendoza donde tenemos un departamento. Teníamos 40 años y nuestra intención fue iniciar un emprendimiento por nuestra cuenta. No fue fácil insertarnos en la sociedad mendocina, y en esa etapa fue Eduardo quién trabajó. A partir de este momento yo digo que me jubilé joven, porque no continué mi carrera profesional y me dediqué a muchas otras cosas postergadas en pos del trabajo.

Fue un período difícil porque Eduardo no estaba conforme con lo que hacía profesionalmente. Tampoco económicamente nos iba bien. Aunque tuvo sus recompensas … con su capacidad de trabajo llegó en poco tiempo a ser asesor del Rector de la Universidad Nacional de Cuyo mientras trabajaba en la Fundación de la Universidad en procesos de control de calidad, disciplina que se estaba comenzando a aplicar en las empresas argentinas.

En 1992 un llamado del Ingeniero Stepanik nos trajo a Yacyretá, en esa oportunidad Eduardo me dijo “Esto es lo mío, yo me quedo, Si querés acompañarme bienvenida, pero ya tengo tomada la decisión”.

Así fue como nos mudamos a Ituzaingo con nuestra hija menor Eleonora. Gonzalo, que había terminado la secundaria en ese momento, se quedó en Mendoza para estudiar ingeniería. Lo nombraron Director de Obras Electromecánicas de la consultora Cidy y asociados  y comenzó su tarea de llevar adelante, con su experiencia, los primeros montajes de las turbinas de la Central.
 
Allí dejo una parte de su vida porque le encantaba lo que hacía y eran épocas de muchas presiones. La primera máquina debía ponerse en marcha el 1 de septiembre de 1994, y así se hizo. Eduardo vio la inauguración de esa turbina en su habitación de Cardiovascular de Buenos Aires recién operado del corazón …. Había tenido un infarto importante un mes antes. Lógicamente lloró porque esa Turbina N° 1 era un poco su hija.

Por suerte se recuperó muy bien y siguió adelante colaborando en la puesta en marcha de las 19 turbinas restantes. Lo habían nombrado Jefe de Obra de la Consultora. El plan de puesta en marcha de Yacyretá siguió adelante bajo su supervisión y la turbina N° 20 se puso en marcha en 1998.

Quedaba levantar la cota del embalse y comenzó a trabajar en esa dirección. Por razones políticas en diciembre de 2003 se rescindió el contrato de la consultora y por la confianza que le tenían quedó a cargo del cierre de la obra y entrega de documentación…. labor odiosa si las hay.

Los años siguientes trabajó en Bs As contratado por la Entidad Binacional Yacyretá en el Departamento Jurídico que llevaba a cabo el Arbitraje entre la Constructora y el Comitente. Él era el referente técnico del grupo. También hizo algunos trabajos como asesor del Director Ejecutivo de esa época, pero en este período estuvo desperdiciada su capacidad técnica y humana.
 Pero estos años los aprovechamos de otra manera. Eduardo trabajó desde casa y compartimos muchos momentos tranquilos. Él se sentaba en su computadora y yo en la mía y me llegaba un mensaje ¿Que vamos a comer hoy Mónica? Aprovechamos para viajar mucho, visitar a los chicos que ya tenían sus propias familias. Fue una hermosa época de nuestras vidas. Mis amigas me preguntaban cómo hacíamos para estar todo el día juntos pero era muy fácil compartir la vida con él.

Finalmente llegó la nueva administración en diciembre de 2015 y lo convocaron a trabajar nuevamente en la trinchera. Estaba feliz y en esta etapa dio lo mejor de sí. Sé que fue una pieza fundamental en la organización de la Entidad Binacional ya sea por sus conocimientos, su memoria, y también por su hombría de bien. Me consta, porque llegaba a casa cansado pero contento. Reconozco que las presiones fueron muchas … se tomaba las cosas con la seriedad que correspondía, quizás con demasiada seriedad.

Así fue que un día llegó a casa y me dijo “voy a dar una vuelta en bicicleta” como lo hizo durante los 23 años después de su primer infarto. No volvió ..... Fue el 23 de octubre de 2017



en Marzo 2015 juntamos la familia en el Broccolino. Falta Lucas que nacío en 2016

PD: Eleonora me hizo un reproche porque no había contado una faceta muy importante de Eduardo y desconocida por muchos .... El serio Ingeniero Martinez en la cocina. Cuando se ponía el delantal y decía esta cocina es mía había que temerle je je


Siempre le gustó cocinar y agasajar a los amigos y familia con pastas, pizzas, y varias recetas que traía atadas a su infancia y adolescencia. Así le gustó preparar recetas maragatas en honor a sus abuelos paternos españoles de León y Lleida. Descubrió en un viaje a España donde vistamos los pueblos de sus abuelos que la comida que se preparaba en la casa de la bodega de Chacras de Coria no era otra que recetas traídas de estos lejanos pueblos españoles.

También cocinaba recetas de su mamá (spaetzels, Schinken macarroni), El año pasado cuando visitamos el pueblo natal de Godofredo en la Selva Negra, degustamos platos típicos que le traían reminiscencias de su casa en Mendoza.

Eduardo era un tipo serio, pero en familia y en confianza era un tierno. Disfrutó mucho de sus nietos Agustina y Nicolás y aunque los tenía lejos no dejó de llamarlos por teléfono muy seguido. También compartía con ellos la cocina. Preparar ñoquis y fideos era un clásico. Con Simón llegó a preparar ñoquis una vez para celos de Agustina que le decía Lidu …. Los ñoquis son míos 

Yo lo extraño