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martes, 16 de octubre de 2012

Recuerdos de la infancia de mi padre Gustavo Dufour en la calle Florida


Hoy publico parte de las memorias de mi papá escritas alrededor de 1998. Evoca su infancia viviendo en la calle Florida de Buenos Aires y escribe sus recuerdos de cómo era esa calle emblemática a principio del siglo XX.

"Viví en la calle Florida 589 desde el año 1913 o 1914 hasta 1930, y lo que sigue es lo que recuerdo de los comercios establecidos, de las casa de particulares y de los sucesos ocurridos en esa calle durante ese periodo y lo hago para cumplir con el pedido de mis hijos y nietos.

HISTORIA       La actual calle Florida nace el sábado 11 de junio de 1580, cuando Juan de Garay declara fundada a la ciudad “Ciudad de la Santísima Trinidad del Puerto de Santa María de Buenos Ayres”. Desde 1744 recibe el nombre de “San José” y comunicaba la Plaza Mayor con el Bajo Retiro. Desde aproximadamente el año 1800 se la conocía popularmente como “Calle del Correo” y más familiarmente como calle “Del Empedrado” y  se la conoció como “Florida”, cuando este nombre le fue impuesto por el gobierno del Directorio a fines de 1814 para conmemorar el triunfo alcanzado por las tropas del general José  Antonio Alvarez de Arenales sobre los realistas, el 25 de mayo de ese año en el pueblo de La Florida ubicado en el Alto Perú. Desde entonces y salvo algunos años en que por decisión de Rosas se la llamó “Perú” en 1845, siempre siguió siendo “del Empedrado”. En 1856 y bajo la presidencia de Urquiza, se le restituyó el nombre que hoy ostenta.
  

RECUERDO       Si bien la  calle Florida  tiene este nombre desde la calle Rivadavia hacia el norte, para mí también forma parte de ella el tramo comprendido entre Rivadavia y Avenida Mayo, que lleva el nombre de Perú.

Perú entre Rivadavia y Avenida de Mayo.
Vereda este. Había un solo edificio ocupado por la tienda Gath & Chaves, antes de mudarse a su edificio propio de Florida esquina Cangallo (hoy  Pte. Perón). Según contaba mi padre y no tengo ninguna prueba de lo que voy a decir, cuando el edificio quedó desocupado salió a remate con una base de  1.000.000 de pesos  y el que lo adquirió ofertó un peso más, es decir lo compró por  1.000.001  pesos. Aerolíneas Argentinas tiene actual mente sus oficinas en ese edificio, compartiéndolo con la confitería London Grill que ocupa la esquina de Avda. de Mayo.          
Vereda oeste.  De esta vereda sólo recuerdo a la joyería y relojería “Escasany’, que estaba en la esquina de Florida con Rivadavia. Para ciertas épocas del año obsequiaba a los compradores unos pequeños libros de unos   5x7 cm, con hojas de papel biblia, que tenían por tema “El Quijote de la Mancha”. Para  otras épocas regalaba a los compradores un dije de metal, en que la calidad del metal mejoraba de acuerdo al importe de la compra. El dije era conocido con el nombre de “Billiken” y creo que era una reproducción de Buda.

Florida entre Rivadavia y Bartolomé Mitre.
Vereda este. Esta vereda estaba cortada por la construcción de la llamada Diagonal Norte, cuyo primer y único tramo construido hasta esa fecha era el comprendido entre San Martín y Florida. Estaban a la vista partes de los edificios tirados abajo por la apertura de la diagonal. Justo al lado de la demolición y sobre Florida, estaba la entrada del “Hotel Palace”, hotel de categoría, actualmente desaparecido.
Al lado estaba la joyería y relojería del Sr. Dartigues, francés y hombre de edad, amigo de mi padre. No recuerdo el destino de los restantes edificios hasta llegar a Rivadavia. Entre la diagonal y Bartolomé Mitre quedó un solar triangular donde se levantó el actual edificio del Banco de Boston, con una impresionante puerta de entrada de bronce, por su tamaño. El edificio fue inaugurado en noviembre de 1924, con la presencia del presidente Marcelo Torcuato de Alvear.


Diagonal Norte y Florida El edificio que se ve es el Banco de Boston

Vereda Oeste. Es muy poco lo que recuerdo de los edificios existentes sobre esta vereda,  posiblemente la platería de  Mappin & Webb, pero lo que sí recuerdo, por haber estado algunas veces en ese local es el restorán “Sportman”, ubicado en la esquina con Bartolomé Mitre que tenía sobre la pared oeste y a una cierta altura, una pantalla para proyectar películas.

 Florida entre Bartolomé Mitre y Cangallo.
 Vereda este. En la esquina de Bartolomé Mitre estuvo en una época la tapicería de “Los Gobelinos”, que luego se mudó a mitad de la cuadra, con venta de alfombras y telas para tapizados y cortinas. Los edificios de esta cuadra quedaban opacados por el de la “Galería Guemes, en su momento el edificio más alto de Sudamérica.
La parte central de la galería es un pasaje que va de Florida a San Martín. Los locales que daban sobre Florida estaban ocupados por la casa “Tow”, especializada en la venta de ropa para hombres. En el subsuelo de la galería había un teatro donde a veces se representaban obras bastante picarescas.
Actualmente, en el centro del pasaje, han permitido la instalación de quioscos que lo afean.
Vereda oeste. La esquina de Bartolomé Mitre estaba ocupada por una tienda muy importante “James Smart”, que tuvo que mudarse cuando se continuó la diagonal norte, a su local propio, Florida esquina Lavalle. Uno de los locales que seguían fue ocupado por la óptica ”Griensu”, antes en Florida entre  Sarmiento y Corrientes, negocio donde compramos, allá por los años veinte, nuestra segunda máquina fotográfica, una Kodak tipo cajón que sacaba fotografías de  6x9 cm. Se la  conseguía adquiriendo diez rollos de película, que costaban diez pesos. Con ella sacamos muchísimas fotografías. Casi a mitad de cuadra estaba la confitería “L’Aiglon”, famosa para nosotros porque nos compraban las “yemitas”, bombones de huevo recubierto con caramelo y para la familia los “vol au vent”, unos cilindros de hojaldre rellenos con ostra en un agujero central, cerrado por un copete de hojaldre. El primer piso de esa confitería tenía una importante abertura central que transformaba al piso en una pista circular, donde se patinaba fines del siglo XIX. Posteriormente en esa ubicación, se instaló la confitería “Boston” y en el primer piso se instalaron pistas de bowling y mesas de billar. Cuando cursaba los últimos años de la Escuela Industrial Otto Krause, era el lugar obligado para concurrir con compañeros, los sábados por la noche, para jugar al bowling y al billar. La farra se terminaba yendo al muy concurrido restorán  “Corrientes 11”, ya en la madrugada, a comer puchero de gallina. Seguía hasta la esquina el local ocupado por la tienda Gath & Chaves, edificio construido copiando arquitectura de las grandes tiendas  francesas.   


la calle Florida vista desde el balcón de la casa de mi padre Aprox 1928
                                                                           

Florida entre Cangallo (Hoy Pte Perón) y Sarmiento.
Vereda este.  De esta vereda es poco lo que recuerdo, sólo el café Paulista, muy concurrido por las tardes por familias que venían al centro para hacer compras. A mitad de cuadra estaba la óptica “Mandel”, que recuerdo, porque ahí comprábamos, como podría decir, unas formas japonesas de papel, que puestas en el agua se hinchaban y al desplegarse mostraban bellísimas flores.
Vereda oeste.  En la esquina de Cangallo (hoy Pte. Perón) estaba el anexo de la tienda Gath & Chaves, luego venía el local de la casa de óptica y fotografía de Lutz Ferrando, aun existente, que primitivamente fue “Lutz y Schultz”. La Sra. de Schlutz era clienta de casa y cuando venía para las pruebas, si era invierno, dentro del manchón traía dos diminutos perritos. Cuando esto ocurría nos llamaban para que los  viéramos. Uno de los locales de esta vereda estaba ocupado por el “Bazar Francés”, donde se podía adquirir juegos de mesa de porcelana de Limoges  en que el número de piezas quedaba determinado por las necesidades del comprador.
    
Florida entre Sarmiento y Corrientes.
Vereda este.    En esa esquina y aun lo está actualmente, se encuentra la farmacia Franco Inglesa, originariamente de Badaracco y Bardin. A mitad de cuadra estaba el edificio del diario La Nación con frente estilo español; para los talleres se entraba por San Martín. No sé cual es su actual destino desde que todo el diario se mudó a su nuevo edificio de Bouchard 557. Seguían negocios que no recuerdo de quien eran hasta llegar cerca de Corrientes, donde ahora pienso que hay una librería, pero que cuando éramos chicos estaba la firma Bullrich. La entrada por Florida era estrecha y luego el local se ensanchaba sobre San Martín formando una L. Como la firma estaba dedicada a la venta y remate de animales, en la parte estrecha del local estaban en exhibición los vacunos en venta y me acuerdo de que, aunque parezca mentira, cuando se entraba por Florida se lo hacía casi rozando el anca del primer  animal. Cuando la firma se mudó a su local sobre la avenida Leandro N. Alem (ahora Avda. Alvear), se construyó en ese terreno el cine Florida actualmente desaparecido.
Durante las tardes, en esta esquina de Corrientes, vendía un diario “La Unión” un señor bastante bajo con galera, seguramente alemán por la forma en que voceaba el periódico. Durante las noches de verano, en la azotea del edificio de esta esquina ponían una pantalla en que se proyectaban los dibujos que sobre temas políticos hacía Ramón Columba, cuya otra ocupación era ser taquígrafo del Congreso. Las proyecciones eran vistas por el público que se ubicaba en la esquina diagonalmente opuesta.
Vereda oeste.  En la esquina había una importante tienda “A la Ciudad de Méjico”, actualmente desaparecida y a mitad de cuadra una muy conocida librería “El Ateneo”, que aun existe, una institución entre las librerías de Buenos Aires. En la esquina de Corrientes estaba la casa “Mayorga que se dedicaba a vender artículos de cuero. En el piso de arriba estuvo un tiempo el “Círculo Italiano”.     

Florida entre Corrientes y Lavalle.
Vereda este.   En la esquina hoy desaparecida de Corrientes debido a la ampliación de la calle, estaba el bar de “Girard”, un francés de cara sonrosada y siempre sonriente que atendía a clientes en su mayor parte de la sociedad porteña. Muchos domingos por la tarde nuestro padre nos llevaba a tomar una bebida que a nosotros nos parecía extraordinaria, simplemente porque el borde del vaso traía como una cinta de azúcar, que teníamos que lamer. En ese día también venían pescadores ambulantes, que en esa época llevaban dos canastas, una a cada lado de un palo que llevaban sobre un hombro. Traían ostras que abrían para los clientes que las comían con champaña. A mitad de cuadra y hacia  1930, tuvo sus oficinas un diario conservador “La Fronda” muy combativo, hace tiempo desaparecido. Ya más cerca de Lavalle estaban las oficinas de una compañía “Delfino”, vinculada a compañías de navegación alemanas a la que pertenecían los “Cap” (Cap Arcona, Cap Polonio, etc). En la esquina con Lavalle estaba la casa Max Glucksman, una de las primeras firmas que se ocuparon de la fotografía y el cine, firma que hace mucho tiempo que desapareció y en ese terreno levantó su edificio propio la tienda “James Smart”, cuando la prolongación de la diagonal norte exigió la demolición del edificio que esta tienda ocupaba en la esquina de Florida con Bartolomé Mitre. En los pisos superiores había, o todavía hay, un hotel con entrada por la calle Lavalle.                                                                                                
Vereda oeste.   Esta  esquina  de  Corrientes  servía  de  platea  para ver los dibujos políticos que Ramón Columba proyectaba, durante la época de verano, en la pantalla que estaba en la azotea del edificio diametralmente opuesto. Muy cerca de esta esquina existió un negocio donde se vendieron los primeros receptores de radio con válvulas, los “Radiola”. Estos receptores trabajaban con teléfonos y uno de ellos fue el primero que llegó a casa, adquirido por la señora de Gardiol, que hacía unos años que debido a su parálisis total estaba en casa, donde vivió hasta su fallecimiento en 1925. El siguiente edificio importante de la cuadra estaba casi en la mitad y originariamente perteneció a una familia de la sociedad porteña, creo que de apellido Rocha, que se lo vendió a la Sociedad Rural, que aun en la actualidad tiene su cede allí. A esta casa seguía el local del “Richmond de Florida”, que aun debe tener en el subsuelo las primeras canchas de bowling  de la Argentina. A este bar nos llevaba nuestro padre algunos domingos a ver jugar a las bochas. Entre los negocios que seguían hasta la esquina, sólo recuerdo una platería muy importante, “Walser Wald”.

Florida entre Lavalle y Tucumán.
Vereda este.   En la esquina de Lavalle estaba y esta la farmacia “Murray”, seguían unas casas particulares y luego un pequeño negocio de venta de tabaco de un señor Gorlero, ciertos días a última hora de la tarde, se reunían dos o tres señores, entre los cuales estaba mi padre, a charlar. Después de algunos negocios seguía la ampliación del Jockey Club, donde estaba la biblioteca y la pinacoteca y luego el edificio principal, con una planta en forma de L porque el club también tenía entrada por Tucumán. 


Jockey Club


Había después dos casas simétricas, en la pegada al Club vivía un abogado solterón Carlos Carlés, hermano de Manuel Carlés creador de la Liga Patriótica Argentina, creada para luchar contra las organizaciones obreras y en la otra, la ubicada mas cerca de Tucumán, Florida 589, vivíamos nosotros. Estas casas no tenían planta baja, ésta estaba ocupada por  negocios, debajo de nuestra casa estaba una compañía “Kardex”, especializada en la venta de archivadores y ficheros. La que estaba debajo de la casa ocupada por Dr. Carlés tuvo diferentes destinos. El negocio de la planta baja de la esquina de Tucumán tuvo diferentes destinos de los cuales tengo el recuerdo de cuando fue ocupado por la “Granja Blanca”, negocio para la venta de productos lácteos, porque tenía en la vidriera una estatua de Bartolome Mitré tamaño natural, hecha posiblemente de manteca y porque vendían un dulce de leche achocolatado riquísimo. En la planta alta vivía un traductor público nacional Señor Zoppi.
Vereda oeste    En  la planta baja  del edificio de la esquina de Lavalle, había una compañía italiana de vapores de pasajeros, con una vidriera sobre Lavalle donde exponía uno de sus barcos en una maquette de unos dos metros de largo. En uno de los pisos superiores estaba la compañía “Pekham”, dedicada a vender elementos para construir receptores,  lo que era muy común en esa época. Hacia 1930 tuvo sus oficinas la Liga Patriótica Argentina. Posteriormente todos los pisos del edificio fueron ocupados por la Dirección de Ingenieros del Ministerio de Guerra. Seguía una casa ocupada por unos señores “Chandler y Zuretti” fotógrafos. Y luego otra cuya planta baja tuvo muchos ocupantes. Recuerdo que ahí se exhibió un modelo de automóvil, no recuerdo si Hispano Suiza o Isotta Fraschini. También en ese local se exhibió la primera lavadora de ropa mecánica. En el piso superior vivía una familia Fourcade o Lafourcade. Venía después la casa de la familia Pujol y luego en un primer piso la del Dr. Castex. La entrada de este edificio esta flanqueada por dos locales uno ocupado por la mueblería Glaser y el otro no recuerdo por quién. En la planta baja de la casa siguiente Florida 578, estuvo la casa de modas de la Sra. Gardiol, en la que mi madre fue vendedora. Cuando a la muerte del Sr. Gardiol mi madre se hizo cargo del negocio y lo mudó a Florida 589, la casa fue ocupada por unos franceses que vendían telas para cortinas. En el piso superior se instaló la sastrería de Fiordalisi. Hasta que llegó esta familia que tenía dos hijos prácticamente de la edad nuestra, puedo decir que fuimos los únicos niños de la zona. En el local que seguía había en planta baja una casa dedicada a vender adornos y muebles y en la alta la sastrería de Risso.  En el edificio esquina Tucumán, había en la planta baja una tienda y los pisos los ocupaba una familia Barrios. 

Florida entre Tucumán y Viamonte
Vereda este.    En   la   planta  baja  del   edificio  esquina   de Tucumán había un negocio de un Sr. Cabo que vendía corsés y fajas, cosas que las damas usaban en aquella época. Los pisos superiores estaban ocupados por la familia de Don Bernardo de Irigoyen, abogado y político con vasta trayectoria en el país. Seguían uno o dos negocios y luego, dentro de la línea de edificación la galería de Franz van Riel, artista y fotógrafo que tenía una galería para la exposición de cuadros. Había negocios a ambos lados de la entrada a la exposición; uno de ellos era el local de ventas de los automóviles Hudson y Essex y otros eran ocupados en forma temporaria. En uno de ellos se exhibió por primera vez el Ford con palanca al piso. Volviendo a la línea de edificación había una antigua casa de un sastre, Sr. Segre, luego una peluquería para damas de un francés Sr. Bohr, cuyo hijo fue compañero mío en el Colegio Francés. Posteriormente esta familia volvió a Francia. En la esquina de Viamonte había una casa particular.
Vereda oeste.  En la planta baja del edificio de la esquina estuvo la confitería Blas Mango, que luego se mudó a  Florida al 800. Ocupó el local un negocio que vendía los habanos Partagás. En el piso superior vivía una familia. La casa de al lado era un negocio para venta de cigarrillos Abdullah, cuyo frente era una copia de uno de la Exposición de Arte Decorativo que tuvo lugar en París en el año 1925. La casa que seguía era de una familia Basavilbaso y las malas lenguas decían que una hija de se había escapado con el chofer. Este edificio tenía un local en planta baja ocupado por la farmacia Brancato, que se hizo famosa vendiendo la “gomina”, fijador para el cabello hecho con goma tragacanto. Seguían unos negocios y hacia mitad de cuadra tuvo sus oficinas el Automóvil Club Argentino en un primer piso. Este club, allá por los años 20 o 30, organizaba la carrera para autos Buenos Aires-Córdoba en cuatro etapas: Buenos Aires-Rosario, Rosario-Córdoba y vuelta con las mismas etapas. Esta distribución de etapas permite deducir la bondad del camino pues ahora ese trayecto se realiza en horas. Los días anteriores a la carrera eran interesantísimos  para  nosotros  porque  podíamos ver a todos los coches que la correrían pues  tenían que venir para su homologación. En los locales que seguían estuvo la firma que vendía los coches Franklin que se caracterizaban por tener refrigeración por aire. En otro local se vendían los Chrysler, en esa época modelos 70 e Imperial 80. En la esquina con Viamonte había una casa de familia."

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